Corria el siglo XIV, cuando un valiente capitan del rey Pedro el Cruel, se alojo con su caballo una noche en la Posada. Se sorprendio al capitan ver a una hermosa muchacha que todos creian hija del posadero, hombre casi enano, contrahecho y sucio, que con maneras groseras la ordeno que se retirara.

Despues de servirle la cena al huesped se dispuso a acomodarlo en la que le dijo era el mejor aposento, situado en la planta alta. Cuando alli se dirigia el capitan, se entreabrio una puerta y la encantadora muchacha le aconsejo que no se durmiera en toda la noche.

Obedeciendo la recomendacion contuvo el sueño, y cuando todos dormian vio como se levantaba una trampilla debajo de la cama por la que asomaba la cabeza del posadero con muy malas intenciones, pero lo hizo retroceder con un mandoble de su espada.

Huyendo de la encerrona el capitan salto por la ventana a un patio y alli encontro a la joven, que le guio hasta la salida, mientras le suplicaba que contase al rey lo que habia visto

Ya en Sevilla donde Don Pedro tenia la corte, relato lo sucedido al rey, que no tardo en venir a Cordoba para averiguar lo que pasaba e impartir justicia

El monarca y sus acompañantes recorrieron toda la Posada y hallaron una portezuela bajo el lecho que servia a los viajeros ricos, sacaron a la joven que se abrazo a los pies del rey pidiendole venganza, y siguiendo sus indicaciones desenterraron infinidad de cadaveres y encontraron joyas y ropas robadas a los desgraciados viajeros que murieron a manos del posadero cuendo disfrutaban del sueño, uno de los cuales era el padre de la joven.

Monto en colera Don Pedro por las fechorias de aquel malvado y en la misma plaza del Potro ordeno a sus verdugos que le diesen la mas espantosa muerte

El Rey Don Pedro entrego al capitan como esposa a la bella joven con todas las riquezas que encontraron y les dio vivienda en el Alcazar, donde vivieron felices y comieron perdices.


Durante muchos años la Posada del Potro fue corral de comedias, y esto no es leyenda